ELECCIONES Y GEOPOLÍTICA:
UNA MIRADA SOBRE LOS PRINCIPALES COMICIOS
ELECTORALES EN EL MUNDO
Durante este año se han presenciado procesos electorales de carácter
mundial, cuyos resultados no pueden solamente limitarse a las fronteras
nacionales, sino que son consecuencia y, a su vez, repercutirán sobre la situación
geopolítica del mundo en el corto y mediano plazo. La tesis de los teóricos de
la interdependencia, según la cual las relaciones internacionales en la
globalización deben entenderse como “dependencia mutua” donde los procesos
políticos internos -es decir, dentro de las fronteras nacionales- no se
encuentran separados de la política internacional, parece verificarse
empíricamente en el caso de recientes comicios electorales en los cuatro
continentes.
En primer lugar, en Europa las tensiones sociales suscitadas por la
crisis económica de la zona euro han exacerbado debates en torno al modelo de
crecimiento, la migración, el multiculturalismo, la seguridad ciudadana, entre
otros temas sensibles al electorado y de vital importancia para el
mantenimiento de la Unión Europea; tal situación ha repercutido en que fuerzas
políticas de izquierda y derecha cobren fuerza en los países europeos.
Mientras de la Francia de la Quinta República, con el triunfo socialista
de François Hollande se espera una gestión de la crisis articulada con la
Alemania de Merkel, capaz de equilibrar la balanza entre las necesidades de
crecimiento económico y bienestar social, otros países de la Unión ven cómo
toman fuerza electoral agrupaciones políticas de extrema (v.g. el caso de Grecia)
con consignas que, de hacerse al poder, en el mediano plazo podrían convertirse
en una amenaza para el exitoso esquema democrático europeo.
Por su parte, en Rusia la estrategia de rotación del binomio Putin-Mendeleev,
ratifica la continuidad de una política heredera histórica de la Rusia imperial
y de la Unión Soviética, marcada por el dominio de una elite muy ligada a los
intereses armamentísticos en la región pero que ahora tendrá que enfrentar una
oposición que poco a poco tenderá a la consolidación. Cosa parecida (aunque sin
mascaradas democráticas) al caso de Kim Jong-chul en Corea del Norte, quien
seguirá manteniendo el control absoluto del país asiático, sin que se
vislumbren posibilidades para una oposición firme.
Otro continente que exige mención aparte en la actual coyuntura es el
África septentrional. La salida electoral de la “Primavera Árabe” propiciada
por occidente, parece que no ha dado los resultados esperados en términos de
modernización y democratización. Como muestra de ello, Egipto se encuentra
sumido en la violencia política mientras se enfrentan disímiles candidatos a
suceder al depuesto Mubarak y sigue
gobernando la Junta Militar; así mismo,
la frustrada primavera siria contra el régimen de Bachar El Asad, se mantiene
en ciernes sin que la comunidad internacional se decida a intervenir por los temores geoestratégicos a repetir
errores como en el caso de Afganistán, Irak o recientemente en Libia.
Finalmente, resta el caso del continente americano, con dos diferentes
candidatos-presidentes a relección: Barack Obama en Estados Unidos y Hugo
Chávez en Venezuela. Obama como la alternativa posible frente a un republicano
añejo, intenta demostrar el giro impreso a la política norteamericana desde la
perspectiva demócrata que, no obstante, no todos los electores perciben, en
particular la comunidad hispana; no obstante, a pesar de todo sigue siendo la
única alternativa “progresista” posible en un sistema político como el
norteamericano. Por su parte, si bien la oposición venezolana no logra
robustecer a Henrique Capriles como autentico rival contra Chávez, la
enfermedad del caudillo ha puesto en el ambiente la discusión sobre su posible
sucesor y las consecuencias desestabilizadoras de un viraje político.
Aunque los casos de Estados Unidos y Venezuela son muy diferentes, ambos
son procesos donde la relección se presenta como la única posibilidad de dar
continuidad a una forma particular de hacer política, la cual tiene y seguirá
teniendo efectos sobre la política regional y mundial, ya sea desde la
perspectiva de la hegemonía o la contrahegemonía en disputa.
En conclusión, la mirada que aquí se propuso sobre los principales comicios
electorales en el mundo demuestra que la situación de interdependencia mundial
tiene una doble faceta que no se limita a procesos políticos nacionales aislados,
sino que, en términos del juego geopolítico, tienen repercusiones globales
incluso más allá de los hechos palpables. Las elecciones democráticas en un
mundo dominado más por problemas intermésticos (internacionales y domésticos)
con salidas nacionales que por una gobernanza global equilibrada, parece
vislumbrar un panorama insostenible y sombrío en el siglo XXI.
Alexander
Emilio Madrigal Garzón.
Politólogo Investigador
Universidad Nacional de Colombia
Magister en Relaciones Internacionales
Universidad Andina Simón Bolívar (Sede
Ecuador)
aemadrigalg@gmail.com
Mayo 7/2012
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