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Colombia
Politólogo-Investigador de la Universidad Nacional de Colombia. Magister en Relaciones Internacionales con mención en Negociaciones Internacionales y Manejo de Conflictos,Universidad Andina Simón Bolívar.

miércoles, 18 de julio de 2012

POLÍTICAS SOCIALES, POPULISMOS Y OPORTUNISTAS EN LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD COLOMBIANA: Problemas de la desigualdad crónica


Colombia, un país ahora declarado como de “ingreso medio alto”, gracias a la temporal bonanza económica latinoamericana, se mantiene como uno de los países más desiguales del mundo[1], lo cual justifica la existencia de políticas sociales como forma de compensación del Estado a los más desfavorecidos del sistema socio-económico. Sin embargo, la desigualdad crónica que adolecen los países de la periferia subdesarrollada o, como dice el sofisma: “en vías de desarrollo” -para que no suena tan grave-, permite que se reproduzcan otras prácticas miasmicas, parasíticas, degeneradas, propias de una sociedad civil y política simplemente enferma.

Suena muy interesante el reciente anuncio de que “el 70 por ciento de la plata que destinará el Estado para inversión el próximo año será para atender el tema social”[2], que se ha roto el record de inversión social y que habrá dineros (en época preelectoral) para tanto desempleado que anda pensando de donde sacar dinero. Ciertamente atractivo se muestra el gobierno nacional de unidad ahora dividida. Repartirán casas, subsidios, bonos… como en un remate de las rentas nacionales. Bueno, tal vez eso es mejor que nada o que la corrupción o que todo el presupuesto se vaya en “gastos de funcionamiento”.

Lamentablemente, las políticas sociales, si bien no son “malas” per se (como piensan algunos que ingenuamente creen en ese capitalismo utópico del libre emprendimiento o aún peor, que los pobres son pobres porque sí), se prestan para prácticas populistas y oportunistas, términos que, valga aclarar, no significan lo mismo. Mientras los populistas (invariablemente de derecha o de izquierda)  son líderes carismáticos que brindan asistencia o apoyo social de forma notable y con fines de legitimación o reconocimiento político, los oportunistas van un poco más allá, pues son parásitos que se alimentan –de tiempo completo-de lo público con fines más mezquinos y miserables.

Estos últimos, los oportunistas (quien se sienta aludido, me excuso por usar tan suaves palabras) habitan en las dos orillas: los que dan, como el político, el funcionario público, el gestor social podrido… que viven de repartir lo que es de todos como una forma de existencia y de mantener un proyecto personal (entiéndase negocio) que se oculta tras un caritativo rostro social; y los otros, los que reciben, los beneficiarios parásitos, las ONG´s caza proyectos, las iglesias… quienes con su mendicidad encuentran en el Estado o es sus fieles su forma de subsistencia.

Antes de que se me diga desconsiderado, resentido o inconsciente, quiero hacer una aclaración. No estoy en contra de las políticas sociales, las defiendo; cualquier persona sensata y conocedora de la realidad social sabe que son necesarias, independientemente de la crítica sobre la forma de funcionamiento y la tergiversación de sus nobles fines, debate que por ahora dejamos sin discutir. No sobra decir que la falta de políticas sociales oportunas y adecuadas a las necesidades sociales ha sido una de las causas del conflicto y de la dolorosa situación que lamentablemente nos es tan cotidiana.

Quiero creer que si la desigualdad crónica que padece el mundo no existiera tampoco serían posibles prácticas oportunistas que se sirven de lo social para sí mismas, contradiciendo la naturaleza colectiva del término.  Tal vez la realidad sea que a una sociedad como la colombiana esto no le importa, que el populismo es la forma como a la gente le gusta la política y que el oportunismo es un valor nacional. Pero hasta que no me convenzan de ello sugiero que pensemos en cómo acabar con el verdadero enemigo (la desigualdad), empezando por no ser parte de la misma degradante cadena.



[1] Según el PNUD en su Informe de Desarrollo Humano 2011, entre 129 Estados de los que se cuenta información, solo hay más desigualdad en Haití y Angola, ocupando el lugar 87 en el índice de desarrollo humano. Al respecto ver: “Colombia solamente supera a Haití y Angola en desigualdad”, en Portafolio, recuperado de: http://www.portafolio.co/economia/colombia-solamente-supera-haiti-y-angola-desigualdad  
[2] Presupuesto de inversión récord: 70% irá para temas sociales, en El Tiempo, recuperado de: http://www.eltiempo.com/politica/monto-para-la-inversion-social-en-colombia_12034362-4

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