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Colombia
Politólogo-Investigador de la Universidad Nacional de Colombia. Magister en Relaciones Internacionales con mención en Negociaciones Internacionales y Manejo de Conflictos,Universidad Andina Simón Bolívar.

lunes, 3 de septiembre de 2012

LA PROLIFERACIÓN DE LA POLÍTICA DE TRATADOS DE LIBRE COMERCIO EN COLOMBIA: Una estrategia insegura en perspectiva latinoamericana


               
En Colombia se habla recurrentemente de Tratados de Libre Comercio (TLC´s) como parte de la agenda de política exterior, a tal punto que, algunos analistas, empresarios y personas del común, se encuentran ya persuadidos de su necesidad e inevitabilidad y los consideran simplemente como una estrategia político-económica que los últimos gobiernos han venido impulsando para la inserción definitiva del país en “el mundo globalizado”.  
Sin embargo, el discurso oficial construido socialmente bajo la idea-valor del “libre comercio” como la fórmula mágica del anhelado desarrollo, presenta un distanciamiento abismal frente a los verdaderos alcances de un TLC, concepto opaco y poco explorado en términos de una realidad como la colombiana, y, por extensión, de la latinoamericana, y su actual ciclo de auge económico de carácter temporal, lo cual arroja interrogantes en torno a la seguridad o posible efectividad de tal estrategia no solo para el país sino para la región en su conjunto.
Un TLC es la forma jurídica como se materializa una negociación internacional en la que se define “un acuerdo entre dos o más países o bloques comerciales en el que se comprometen a cumplir una serie de obligaciones acordadas con el propósito de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios e inversiones”[1]. En términos más simples, esto es el establecimiento de un área o zona geográfica sin barreras para el intercambio de bienes[2]. Aunque sea una forma de incentivar el comercio, no es en sí una estrategia de desarrollo (independientemente de los debates sobre su contribución real a las economías nacionales) si no va acompañada de lo que algunos expertos llaman las “agendas complementarias”[3] como forma de enfrentar las asimetrías y rezagos de cada país, más aun cuando hablamos de países con una gran deuda social y distintos niveles de desarrollo.
En el caso de Colombia, el récord de acuerdos vigentes, suscritos y en curso[4], se encuentra alrededor de veinte (20), sin contar la proyecciones del gobierno en regiones como Asía-Pacífico y con otros países desarrollados (v.g. Japón). Dentro de este espíritu aperturista, propio de la década de auge neoliberal de los noventa, el Ministro de Comercio, Industria y Turismo, Sergio Díaz-Granados, afirmó que los recientes acuerdos con Estados Unidos, Corea y la Unión Europea “serán un norte para cumplir las metas de crecimiento, de inversión y de generación de empleo”[5], declaración que refleja la ciega fe del gobierno en tal mecanismo como la fórmula mágica del desarrollo.
Lastimosamente, el optimismo frente a los TLC es  infundado. Como lo señaló José Antonio Ocampo, “el cuento de que los Tratados por sí, traen desarrollo es toda una ficción, no son la ‘panacea’.”[6] No solo no se cuenta con una política de desarrollo (las locomotoras ni siquiera han arrancado) sino que además el país se encuentra retrasado con el cumplimiento de las agendas complementarias (v.g. el tema vial), a tal punto que las empresas reconocen no estar listas para enfrentar tanto TLC[7]. Aunque se celebre cada acuerdo como un nuevo logro de la política de internacionalización de la economía, los hechos indican que existen muchas “deudas con el desarrollo” en términos de una política pública de largo aliento que tampoco se encuentra acompañada de un esfuerzo para asumir los TLC.
Tal situación en perspectiva latinoamericana –si se considera la interdependencia regional- ubica a Colombia y a los demás países de América Latina en una condición de mayor vulnerabilidad frente a los desafíos de la economía internacional. La dependencia del sector minero energético, la producción de exportaciones baratas sin mayor valor agregado, la sensibilidad frente a una caída de los precios de las materias primas o a una crisis económica internacional, entre muchos otros factores, vislumbran el mantenimiento de las mismas condiciones históricas de subordinación global, empujadas por el transfuguismo económico de otros países que siguen la misma política como México, Perú o Chile.   
Así mismo, la alternativa política de la integración latinoamericana para hacer frente a éste panorama, parece verse golpeada no solo por los clásicos factores de compromiso y déficit político-institucional, sino por la proliferación de los TLC que privilegian otra política dentro de una visión de pragmatismo económico que sacrifica la apuesta estratégica por la región.
En conclusión, la proliferación desmedida de TLC’s en Colombia, sin considerar las agendas complementarias ni alternativas de desarrollo regional, constituye una estrategia insegura para el desarrollo nacional y la integración latinoamericana. Es necesario explorar otras rutas, cambiar de modelo de desarrollo, apostarle a la integración y sobre todo tener una estrategia propia y no la impuesta por el juego asimétrico de la economía política internacional.  


[1] Cámara de Comercio de Bogotá, Seminario Los Servicios en los Acuerdos de Libre Comercio, Centro Internacional de Negocios, Apoyo Empresarial para la Internacionalización, Febrero 15 de 2011. Recuperado en: http://camara.ccb.org.co/documentos/7784_serviciosacuerdoslibrecomercio.pdf
[2] Puyo, Gustavo, A propósito del ALCA. Las claves institucionales de la integración, Colección ALCAtemas, No. 11, Bogotá, Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, 2004, p. 19.
[3] Al respecto ver los trabajos del profesor peruano Alan Fairlie Reinoso.
[4] Información disponible en la pagina http://www.tlc.gov.co/index.php
[5] Aprovechamiento de los TLC, tema central de Acuerdo para la prosperidad. Recuperado en: https://www.mincomercio.gov.co/publicaciones.php?id=3574
[6] Los TLC no son la panacea. Recuperado en: http://www.dinero.com/actualidad/economia/articulo/los-tlc-no-panacea/154193
[7] Empresas ni conocen, ni están listas para TLC. Recuperado en: http://www.dinero.com/negocios/articulo/empresas-ni-conocen-ni-estan-listas-para-tlc/151325 

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